jueves, 28 de enero de 2010

El Juego del Dominó Origen Histórico y Etimología

El juego consistente en casar fichas con doble valor en su cara, independientemente de que estos valores representaran puntos, letras, signos, animales o cualquier otra imagen, es muy antiguo y se desconoce exactamente su origen, aunque se sabe que era conocido y practicado por chinos, egipcios y árabes, y de forma más o menos parecida se practicaba en la prehistoria de numerosas culturas. En estas civilizaciones ancestrales se debieron servir de los materiales en uso en aquellas épocas: hueso, piedra, madera, marfil,...; y el diseño de las piezas o fichas debió de ser el más estable y adecuado al doble valor de cada una: lo más parecido a prismas rectangulares de pequeña altura, cuyos valores en cada mitad de la cara irían grabados con los símbolos propios de cada cultura. En cuanto al número de las piezas y las normas del juego, son datos que se pierden en la lejanía de los tiempos.
Con anterioridad al año 1.000 a.C. se practicaba en la India un juego de azar muy relacionado, aunque solo sea estéticamente, con el juego del dominó. Nos estamos refiriendo a los dados, cuyos elementos materiales de juego eran pequeñas piezas cúbicas en cuyas seis caras se representaban mediante bajorrelieves circulares valores comprendidos entre uno y seis puntos. Podemos ver que hay dos semejanzas entre los dados y las fichas de dominó: La primera que el dado contiene valores de uno a seis puntos y el dominó valores de cero a seis y la segunda que ambos elementos expresan sus valores mediante bajorrelieves circulares (salvo la ficha blanca doble que no posee ninguno) que además se disponen geométricamente en idéntica posición en ambas piezas. No hay nada más parecido a una ficha de dominó que dos dados unidos por una de sus caras. Por lo tanto, no podemos dejar de lado la posibilidad de que el dominó moderno, tal y como lo conocemos, tenga su origen en una influencia mutua entre dos pasatiempos remotos: la acción de casar fichas de uno de ellos y la simbología representada en el juego de los dados. Podemos aventurar que fue en China donde el juego de dados cúbicos que llegó desde la India derivó al nuevo formato de fichas rectangulares que representaban las veintiuna diferentes permutaciones posibles de dos dados de seis lados o valores cada uno (del uno al seis). Posteriormente pasaría a Egipto y después a los árabes que, como descubridores del valor cero desconocido por las civilizaciones existentes hasta ese momento, incluirían las blancas y pasarían de veintiuna a veintiocho fichas por la aparición del nuevo "palo".
Dejando de lado los divertimentos orientales más o menos relacionados con el juego que nos ocupa, podemos afirmar que el dominó moderno lo pusieron de moda los italianos de Venecia y Nápoles a mediados del siglo XVIII, posteriormente lo introdujeron en Francia y Países Bajos y luego en España, países que a su vez lo difundieron por el resto del mundo a través de sus colonias, extendiéndose de forma extraordinaria.

En cuanto a la etimología del término dominó, al igual que en lo referente al origen del juego, no tenemos una certeza absoluta. La creencia más extendida sobre su nacimiento, como hemos visto en la definición que dábamos en el capítulo anterior, es que proviene del término domino, que es la 1ª persona del presente de indicativo del verbo latino dominare (dominar), y que es la expresión que utilizan los jugadores cuando colocan la última ficha. La transformación de palabra llana en aguda (dominó) se pudo deber a la adecuación de dicha palabra a la particular pronunciación de los franceses.
Hay otra posible explicación etimológica, más legendaria que real, que propone su origen en la expresión "¡Benedicamus Dómino!" (¡Bendigamos al Señor!), utilizada por los monjes cuando ganaban una mano de dominó para dar gracias a Dios por la merced concedida, y que con el paso del tiempo quedaría reducida a ¡Dómino!.
Finalmente hay una tercera hipótesis, que creemos que es la más consistente de todas, y que hace referencia a un disfraz carnavalesco que era conocido, con mucha más antelación que la aparición del juego en su concepción moderna, con el nombre de dominó. Viene definido en el diccionario como "traje talar con capucha, que ya sólo tiene uso en las funciones de máscara". La credibilidad de esta teoría se basa en la similitud cromática entre las fichas (blancas en la cara y negras en el envés) y el traje de máscara que se compone de cuerpo o túnica blanca y capa con capucha negra.

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